La ilusión de la obra de arte, remite a las primeras imágenes internas que habitan en el laberinto de la infancia. La historia del arte, es la historia del hombre. El arte es un reflejo del alma del ser humano; son indisolubles. La enfermedad viene cuando el hombre ha olvidado la noción de lo sagrado en la creación artística.
Estar creando cualquier tipo de arte, es un acto de meditación; de recogimiento del ser. Es volcarse hacia dentro y bucear en las profundidades del inconsciente individual y colectivo. Este retiro interior, permite compensar las exigencias de una realidad densa y mecánica. Hacer arte, por ende, permite desprogramarse de un plan que tiene la repetición de la rutina y del desencanto. El acto creativo, como factor estructurante de la consciencia, es un verdadero llamado a re-encantarse con la vida, la cual tiene muchos más matices de lo que la educación formal y familiar ha aportado.
La sanación a través del arte, es un camino que hay que recorrer en forma pausada y alegre. Solo así, la vida puede ser recreada con cada pincelada llena de sentido.
Si el arte contemporáneo es un reflejo metafórico o analógico de lo que sucede en la sociedad e historia humana, se podría aseverar que la creación artística individual también es una proyección del estado mental del sujeto.
Desde los griegos, la función del arte, de priorita¬ria importancia, entendida como mimesis, es decir el quehacer artístico debía imitar a lo que estaba o era la naturaleza.
El ideal de perfección de la imagen o escultura debía ser idéntico al objeto externo para catalogarlo como bello. Por otra parte, lo sublime de la creación tocaba de alguna manera el alma humana, sobre todo como ofrenda hacia los dioses.
La musa entendida como anima, ocupaba un lugar central para producir este estado de magia creativa, de lo contrario no se desarrollaba ningún producto estético.
Mucho tiempo ha pasado desde aquella cosmovisión; hoy asistimos o se habla del fin de la obra de arte, ya que el mercado ha invadido el terreno del objeto artístico.
Para los que trabajamos en salud mental y en el área del arte terapia, esta noción de fin de la obra de arte, como una supuesto fin de la historia, nos tiene sin cuidado, ya que trabajamos con un puente entre la imagen artística, cualquiera que ella sea, con la noción de terapia.
Aunque es válido interrogarse, si toda arteterapia es siempre una psicoterapia, tal como lo plantea Sara Pain en su texto En Sentido Figurado: fundamentos teóricos de la arterapia, al señalar: "La arterapia es entonces una terapéutica en tanto abre la sensibilidad y la comprensión a la recepción de sentidos, de lo nuevo, de lo imprevisto ".
La arterapia, entendida como un tratamiento o cuidado por el paciente, por el ser que padece un sufrimiento, la cual le permite a este mismo paciente, poner en escena a través del lenguaje plástico, dicho padecimiento, su¬perando de esta manera los obstáculos, que impedían 1a conexión emocional con dicho complejo autónomo que estaba en el inconsciente del sujeto.
Por ende, estamos algo distanciado de la contemplación narcisística o egocéntrica del objeto artístico. Inclusive, podríamos decir, tal como señala Paul Klee, que el arte es un verdadero árbol que tiene sus raíces puestas en la tierra del inconsciente por abajo, y hacia arriba, o por las ramas los objetos artísticos son sus frutos.
No es de extrañar, entonces, que muchos psicólogos, pidan a sus pacientes dibujar la triada de una casa, un árbol y una persona, por este mismo fundamento.
El rol del artista, en este sentido, es el de poder ser un conductor solamente de este proceso de creación. Aunque ignore el artista esta función latente de su trabajo, para el arteterapeuta o psicoterapeuta por el arte, toda esta construcción estética, tiene consecuencias curativas y reconstitutivas de la mente y alma enferma.
Al igual que la alquimia, en que se intenta transformar el plomo en oro, como metáfora del proceso de individua¬ción y de unión de los opuestos para llegar a una integridad del Self, el arte terapia, entendida como arte y terapia al vez, permite este trabajo de resilencia que lleva a una homeostasis del yo dividido, y por lo tanto al encuentro del arquetipo de la alteridad, cuando el paciente logra por sí mismo, confeccionar un símbolo propio y original.
Carlos de los Ríos Móller
“Psicoarte (Psicología Analítica & Arte Terapia)”
3 comentarios:
Excelente, como todas las obras del psiquiátra, psicoterapeuta, ensayista y escritor, Carlos de Los Ríos Möller.
El estracto motiva a devorar el libro completo.
¿Dónde puede obtenerse el texto en Santiago?
Muchas gracias Gabriela ! lamento no haber podido responder antes pero es que no he recibido la notificación de tu comentario. Puedes consultar por el libro en www.lalibroteca.com
Saludos !
Una de las mejores ayudas es el Arte terapia Barcelona es una ciudad con muchos centros que pueden ayudar ya que son expertos en esta técnica arraigada en la idea de que la expresión creativa puede fomentar la curación y el bienestar mental nada pierdes con intentarlo no solo para ti si no tu hijo
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