La aproximación más habitual a la historia del arte terapia es hacerlo desde las personas que iniciaron la aventura de experimentarla y darla a conocer a la sociedad.
En líneas generales, se puede decir que la idea comienza a madurar en el ámbito anglosajón y en ambos continentes a la vez, en manos de personalidades destacables que tuvieron la capacidad y la disposición necesarias para iniciar sus viajes en solitario. Algunos venían del mundo del arte, como Adrián Hill, y Edith Kramer, otros de la psicoterapia y el psicoanálisis como Marión Milner, o de la terapia ocupacional, como Lydiatt, y otros de la pedagogía, como Margaret Naumberg.
Adrian Hill (Reino Unido)
Acuñó el término "arte terapia" por primera vez en 1942, puesto que esperaba ganar el apoyo de la profesión médica y pensó que el término "terapia" sería bien aceptado.
Era un pintor que descubrió el valor terapéutico del arte cuando convalecía de tuberculosis en un sanatorio, animando a otros pacientes a pintar para recuperarse de la melancolía que produce dicha enfermedad. Hill veía la necesidad de la expresión creativa como un "instinto de resurrección" profundamente arraigado en la psique humana. Hill no creía que el papel del arte terapeuta fuera el de iniciar la producción de imágenes para llevarlas a análisis, a pesar de que reconocía que dichas imágenes podían servir como una ayuda diagnóstica, indicativa del estado del paciente.
Durante la guerra mundial trabajó en la recuperación de soldados en el sanatorio King Edward VII. Trabajador infatigable, logró el apoyo y reconocimiento de instituciones como la British Red Cross Society (Cruz Roja) y difundió su labor gracias a numerosas conferencias y exposiciones de las obras realizadas por pacientes. Publicó dos libros: Art versus Illness (1945), que describe su trabajo en el sanatorio para tuberculosos, y Painting Out Illness (1951)
Con la creación de la British Association of Art Therapist (BAAT) se impuso la visión psicoanalítica en la práctica del arte terapia, y como cruel ironía, Adrián Hill fue injustamente condenado al ostracismo.
Edith Kramer (EEUU)
Mujer culta, enérgica e independiente, Kramer era una artista que se había formado en Praga -ciudad de la que huyó antes de que estallara la guerra mundial-, donde había estado expuesta a una rica dieta de pensamiento psicoanalítico, así como a las ideas de Lowenfeld sobre la educación artística (Rubin, 1999; 99). Antes de abandonar Europa había estado trabajando con niños refugiados y allí fue capaz de reconocer el valor del arte. En 1951 comenzó a trabajar como arte terapeuta en Wiltwick, una escuela residencial para niños con enfermedades mentales en Nueva York, donde se inspiró para escribir su primer libro: Art Therapy in a Children’s Community (1958)
Kramer siempre trabajó como adjunta a otros terapeutas, lo que hizo que se concentrara más en las propiedades terapéuticas inherentes al proceso creativo, y que considerara el arte como un camino hacia la sublimación, una vía para integrar los sentimientos y los impulsos conflictivos en una forma estética, ayudando a que el ego pueda sintetizar gracias al proceso artístico en sí mismo.
E.M. Lydiatt (Reino Unido)
Formada como terapeuta ocupacional, Lydiatt tenía también estudios artísticos y estuvo en psicoanálisis Jungiano. Desde 1950 trabajó como pionera del arte terapia en hospitales ingleses. Escribió un libro, Spontaneous Painting and Modelling: A practical Approach to Therapy, en el que enfatiza su aversión a atribuir interpretaciones a la obra de sus pacientes, puesto que había observado que las personas, cuando miran imágenes, proyectan sus propias ideas sobre el artista. Ella afirmaba que la interpretación podía constituir una limitación y que no todas las imágenes se podían traducir en palabras.
Interesada por la dimensión espiritual de la experiencia humana, Lydiatt animaba a sus pacientes a la práctica de la pintura espontánea y al uso de la "imaginación activa"
Marión Milner (Reino Unido)
Psicoanalista británica -que nunca se consideró a sí misma como arte terapeuta,-utilizaba imágenes como ayuda para el tratamiento analítico. Después de ver una exposición de la pintora y analista Grace Pailthorpe en la Guggenheim Jeune Gallery de Londres, en 1939, Milner comenzó a interesarse en el uso de imágenes para la exploración del inconsciente. Escribió un libro de gran influencia en el surgimiento del arte terapia, On not being oble to paint, publicado en 1950.
Su enfoque psicoanalítico era freudiano y su analista fue Donald Winnicott, quien también tendría mucha influencia en la formación del arte terapia en Inglaterra.
Margaret Naumberg (EEUU)
Proveniente del ámbito de la pedagogía, creó en 1914 una escuela llamada Walden, en la que todos los profesores tenían que pasar por un proceso psicoanalítico. A pesar de que se formó como analista Freudiana, Naumberg simpatizaba con las ideas de Jung. Veía el arte como una forma de "discurso simbólico" que proviene del inconsciente, igual que los sueños, que se debe evocar de forma espontánea y que se debe interpretar por medio de la asociación libre, siempre respetando la interpretación del propio artista. El arte es, pues, un camino hacia los contenidos simbólicos del inconsciente.
En contradicción con el enfoque Jungiano ortodoxo, sin embargo, la autora consideraba la expresión simbólica como "limitada a ideas concretas relacionadas con la vida personal del paciente, las cuales actúan como un substituto de la verbalización directa" (Hogan, 2001; 86). Al parecer, la autora no estaba tan interesada en la aplicación el concepto de arquetipo en su trabajo terapéutico como en comprender el símbolo como una construcción que alcanza dimensiones que no se pueden abarcar con el habla ni con el intelecto.
Se la considera como una de las pioneras del arte terapia en los EEUU, donde luchó y trabajó infatigablemente para que dicha disciplina obtuviera reconocimiento y respeto. Realizó investigaciones sistemáticas y extendió su labor mediante numerosas conferencias. Su obra principal es Dinamically orientedart therapy (1966), aunque cabe destacar también Schizophrenic Art (1950) y Psychoneurotic Art (1953), además de numerosos artículos.
Otros pioneros
En Estados Unidos
Durante la Depresión del 29, el Federal Art Project había contratado a artistas para que enseñaran arte en el ámbito de los hospitales psiquiátricos, como el Bellvue Hospital de Nueva York, lo que plantó la semilla para que instituciones similares se familiarizaran con el arte terapia y reconocieran su valor terapéutico.
Cabe mencionar la labor de Elinor Ulman, que trabajó el Hospital General de Washington en la década de los cincuenta y fundó la primera publicación periódica sobre arte terapia en EEUU, el Bulletin ofArt Therapy.
Otras contribuciones a tener en cuenta son las de Mary Huntoon, que en 1946 organizó los primeros talleres de arte terapia en los EEUU, tras años de enseñar pintura y dibujo a pacientes psiquiátricos.
Otros artistas que se iniciaron en el arte terapia fueron Don Jones y Robert Ault, quienes promovieron activamente la formación de la American Art Therapy Association.
En Inglaterra
Cabe mencionar la labor de Rita Simón, una de las primeras arte terapeutas reconocidas como tal, que trabajó en el ámbito del club social adleriano de Londres -Social Psichotherapy Centre. Apoyada por doctores y psiquiatras, en especial por Joshua Bierer, Simón postuló que el arte terapia podía tener un valor especial en conjunción con el psicoanálisis.
Otro pionero fue Edward Adamson, a quien se le atribuye la creación de la actitud "no intervensionista" por parte del terapeuta, y se oponía a que éste interpretara el trabajo del paciente. Trabajó en el ámbito de los hospitales psiquiátricos, siendo muy crítico sobre el trato que recibían los pacientes en dichas instituciones. Creía, como otros Jungianos, en las cualidades curativas inherentes del arte. Personaje destacable fue Irene Champernowne, psicoanalista jungiana que fundó en 1942 (en plena guerra mundial) y junto con su esposo Gilbert, una comunidad terapéutica llamada Whithymead en la que el tratamiento por medio de las artes era fundamental. Como expone Susan Hogan (2001 : 280),
"El inconsciente y su conocimiento eran centrales en Whitymead... El arte terapia era importante en la construcción del inconsciente en la comunidad debido a su capacidad para proporcionar información acerca de los procesos inconscientes (...) el insight personal (en particular sobre los procesos inconscientes) se consideraba más importante que la educación formal."
Inspirándose en Jung, Champernowne creía que el inconsciente podía "hablar" a través del arte. Creía también que un método no-verbal podía evitar la excesiva intelectualización de la terapia verbal y poner al ego directamente en contacto con la voz del inconsciente. En esta comunidad se consideraba el arte como un proceso curativo natural, capaz de regularse a sí mismo y sobre el que era mejor no interferir. Cabe señalar que la organización de la comunidad era igualitaria y no existían fronteras rígidas entre quienes eran los pacientes y quienes los terapeutas, y que varias personas que comenzaron como pacientes pasaron a convertirse en terapeutas, ayudando a otros a hacer su proceso.
2 comentarios:
Gracias por este articulo. La arteterapia es una herramienta maravillosa para el desarrollo personal.
www.delcuerpoalalma.com
Muchísmas gracias Del Cuerpo al Alma !!! =) un abrazo
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