Metales que irradian naranja: selenio, hierro, calcio, níquel, zinc (no se recomienda para usos curativos), rubidio, manganeso.
Elementos químicos y gases: carbón, oxígeno (ligero) y muchos alcalinos.
El mejor cristal para usarse en este tratamiento contiene selenio y óxidos de uranio, manganeso y plomo rojo.
Alimentos: la mayoría de las frutas y vegetales de cáscara color naranja; zanahorias, salsifís, calabazas, naranjas, chabacanos, persimonios, mangos, melones, mandarinas, duraznos.
Enfermedades típicas de los sujetos del rayo naranja: asma crónica, fiebre flemática, bronquitis, tos húmeda, gota, reumatismo crónico, inflamación de los riñones, piedras biliares, prolapso, interrupción de la menstruación, debilidad mental, epilepsia, cólera, etc.
Características: el naranja tiene una acción liberadora sobre las funciones mentales y corporales; remedia depresiones, combina la energía física con la sabiduría mental, induce la transmutación entre la naturaleza inferior y la superior, agota las tendencias morónicas ayudando a desenvolver y desarrollar la mentalidad; es por eso que con frecuencia se le denomina "rayo de la sabiduría". Mediante su uso somos capaces de sanar el cuerpo físico y al mismo tiempo inculcar a la mente alguna comprensión de cómo mantener el cuerpo en buen estado una vez que ha sido sanado. El naranja es tibio, alentador, ineléctrico, no astringente.
Localización y afinidad: el naranja controla el segundo chakra o centro esplénico (y el páncreas); asiste a la asimilación y distribución de los procesos circulatorios. Contiene la vibración adecuada hacia la entrada del bazo. A través de sus rayos activos la esencia de todos los alimentos es asimilada, clasificada y distribuida a los diversos centros creativos o departamentos del sistema humano.
El efecto del naranja sobre la mentalidad es agregar la asimilación de nuevas ideas, para inducir la iluminación mental con un sentimiento de libertad de las limitaciones. El exceso del naranja sobre la mente, y las emociones en algunos casos, puede inducir a la sobreindulgencia, así que debe usarse con imparcialidad, comprendiendo que siempre debemos prescribir color con la conciencia de nuestra singularidad individual; aun cuando dos personas pertenezcan al mismo tipo de rayo, no reaccionan exactamente en la misma forma. Por lo tanto los tratamientos no deben ser precisamente iguales; los factores individuales del rayo del sujeto, sus colores de inspiración, actividad y reposo siempre varían la prescripción.
"Las 7 claves de la cromoterapia"
Roland Hunt
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