Metales que irradian rayos rojos: hierro, rubidio, titanio, bismuto, zinc, cobre (el último irradia además su color complementario, el verde).1
Elementos químicos y gases: potasio, óxido férrico, trióxido ferroso, carbonato de amonio, bromo, cal apagada, 2 hidrógeno y varios alcalinos.
El mejor cristal para usarse con el propósito de este tratamiento contiene algunas de las sustancias minerales mencionadas.
Alimentos: betabel, rábano, col morada, berros, espinacas, berenjena, la mayoría de las frutas de cáscara roja; cerezas negras, grosellas rojas, ciruela roja, etcétera.
Enfermedades típicas a las que los sujetos del rayo rojo están propensos: padecimientos de la circulación, anemia, debilidad física y laxitud, resfriados, deficiencias circulatorias, parálisis, etc.
Características del rojo: el rojo ha sido llamado el "Gran Energizante", el "Padre de la Vitalidad", por su inmenso efecto elemental sobre la constitución física del hombre. Para animar la fuerza de la sangre son excelentes el rubigas y el purpurgas. El rojo es calorífico, calienta la sangre arterial y así incrementa la circulación. La culminación de los rayos de calor (termales o infrarrojos) está considerablemente más allá del rojo, según el profesor Robert Hunt. El rojo es muy rico en rayos caloríficos; es alcalino, ineléctrico, no astringente.
Localización y afinidad: el rojo controla el chakra más inferior, o centro cóccico, en la base de la espina (y además las extremidades inferiores), que gobierna la vitalidad del cuerpo físico, particularmente los procesos creativos, procreativos y restauradores.
El tratamiento con rojo estimula este centro, causando que la adrenalina, almacenada en las glándulas cerradas bajo su control, sea descargada en la corriente sanguínea. Bajo la luz roja (rubilume) los corpúsculos de la hemoglobina se multiplican en la sangre y, con el incremento de energía liberada, la temperatura del cuerpo se eleva, la circulación se extiende y vigoriza, dispersando la laxitud y las enfermedades productoras de moco, tales como catarros crónicos.
Por lo tanto, el rojo es útil para remover las condiciones de adormilamiento y pereza. Expande y activa lo que ha sido contraído y retenido así por la influencia de un azul frío riguroso.
El rojo es voluntarioso, afirmativo y destierra el sentido de la limitación e incapacidad para contender con las cosas. Promueve la jovialidad y la iniciativa.Espiritualmente, el rojo fortalece el poder de la voluntad y el valor para superar la cobardía y la falta de una fe particular.
"Las 7 claves de la cromoterapia"
Roland Hunt
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