23/1/09

ROJO

Metales que irradian rayos rojos: hierro, rubidio, titanio, bismuto, zinc, cobre (el último irradia ade­más su color complementario, el verde).1

Elementos químicos y gases: potasio, óxido férrico, trióxido ferroso, carbonato de amonio, bromo, cal apa­gada, 2 hidrógeno y varios alcalinos.
El mejor cristal para usarse con el propósito de este tratamiento contiene algunas de las sustancias minerales mencionadas.

Alimentos: betabel, rábano, col morada, berros, es­pinacas, berenjena, la mayoría de las frutas de cáscara roja; cerezas negras, grosellas rojas, ciruela roja, etcétera.

Enfermedades típicas a las que los sujetos del rayo rojo están propensos: padecimientos de la circulación, anemia, debilidad física y laxitud, resfriados, defi­ciencias circulatorias, parálisis, etc.
Características del rojo: el rojo ha sido llamado el "Gran Energizante", el "Padre de la Vitalidad", por su inmenso efecto elemental sobre la constitu­ción física del hombre. Para animar la fuerza de la sangre son excelentes el rubigas y el purpurgas. El rojo es calorífico, calienta la sangre arterial y así in­crementa la circulación. La culminación de los rayos de calor (termales o infrarrojos) está considerable­mente más allá del rojo, según el profesor Robert Hunt. El rojo es muy rico en rayos caloríficos; es al­calino, ineléctrico, no astringente.

Localización y afinidad: el rojo controla el chakra más inferior, o centro cóccico, en la base de la es­pina (y además las extremidades inferiores), que go­bierna la vitalidad del cuerpo físico, particularmente los procesos creativos, procreativos y restauradores.

El tratamiento con rojo estimula este centro, causando que la adrenalina, almacenada en las glán­dulas cerradas bajo su control, sea descargada en la corriente sanguínea. Bajo la luz roja (rubilume) los corpúsculos de la hemoglobina se multiplican en la sangre y, con el incremento de energía liberada, la temperatura del cuerpo se eleva, la circulación se extiende y vigoriza, dispersando la laxitud y las en­fermedades productoras de moco, tales como catarros crónicos.

Por lo tanto, el rojo es útil para remover las con­diciones de adormilamiento y pereza. Expande y ac­tiva lo que ha sido contraído y retenido así por la in­fluencia de un azul frío riguroso.


El rojo es voluntarioso, afirmativo y destierra el sentido de la limitación e incapacidad para contender con las cosas. Promueve la jovialidad y la iniciativa.Espiritualmente, el rojo fortalece el poder de la voluntad y el valor para superar la cobardía y la fal­ta de una fe particular.

"Las 7 claves de la cromoterapia"
Roland Hunt

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